domingo, 30 de noviembre de 2025

LA DEMOCRACIA

Hace apenas unos días se han cumplido 50 años de Democracia, para los más jóvenes la única forma de vida conocida, aunque para otros la etapa anterior fue menos apetecible y carente de muchas libertades de las que ahora disfrutamos. La Democracia, con todos sus defectos, es el mal menor pues nos permite elegir a nuestros dirigentes, de una u otra ideología, votamos siempre lo que creemos que será mejor para todos, aún cuando nuestra clase política no esté a la altura, en la mayoría de las ocasiones, lo que esperamos de ellos es que dirijan el país de la mejor manera, y lo coloquen, en general, a un alto nivel: de trabajo, económico y habitacional, en definitiva en un estado de bienestar que no siempre se produce, lo que a la larga nos va decepcionando, tanto una como la otra ideología.
Pero de lo que voy a hablar hoy, que recorre las redes y no podemos ignorar, es de nuestro pasado reciente, algo que es preciso conocer para que nunca, nunca, se vuelva a repetir.
No sé si alguna vez os habréis preguntado porqué el cementerio de Tragacete tiene en la parte de atrás, anexionado, un sobrecementerio de pequeñas dimensiones. Parece ser que ahí, recibieron sepultura en una fosa común, personas que fallecieron de manera violenta, durante la Guerra Civil, y en época posterior. 
El documento que he encontrado habla sobre los maquis que se supone están ahí enterrados.
"El 18 de septiembre de 1944 un grupo compuesto por 20 maquis, cuyo capitán era Victoriano Anastasio Serrano Rodríguez, cruzaba la frontera de los Pirineos, y después de muchas tribulaciones se asentaron en los montes próximos a Landete y Cañete. 
El 9 de octubre, entran en España por el puerto de Benasque, José Andrés Benito Vindel, natural de Sacedón (Guadalajara), Esteban Rueda de la Hera, Antonio Rodríguez González y Ramón Iglesias Iglesias. Estos consiguen llegar a Tragacete, aunque su estancia será breve ya que no encontraron el apoyo de la población y les resultó difícil adaptarse a un territorio desconocido para ellos.
El 12 de enero de 1945, fueron traicionados en Tragacete por el dueño de un rento, Matías Megino, que primero les dio alojamiento y luego los denunció a la Guardia Civil.
En el enfrentamiento murieron José Andrés Benito y Esteban Rueda. Días más tarde abatieron a Antonio Rodríguez, y detuvieron a Ramón Iglesias".
Según consta en el documento, dos de ellos están en una fosa común de Tragacete. Tenemos una historia negra en nuestro pueblo, como ocurre en todos los pueblos, una historia vergonzante pero que también debemos conocer, sobre todo para que no se repita.

Fuente: DIAZ DIAZ, Benito. La guerrilla antifranquista en Castilla-La Mancha, 1939-1952. Cuenca. Ediciones de la UCLM, 2022. 

jueves, 6 de noviembre de 2025

LA BARBERÍA

 



La barbería, era el lugar de encuentro de los hombres antes de irse a sus labores, agrícola, ganadera o del monte, o a la vuelta de esos trabajos, no solo para cortarse el pelo, y afeitarse, también para socializar, igual que ahora en las peluquerías modernas unisex. Con una brocha, jabón y agua caliente recogida de la cocinilla, se bañaba la cara de los señores, a veces con una barba durísima, y después con una navaja y gran destreza, entre chiste y chiste, se dejaba la cara con un masaje final de Floyd como el culito de un bebé. Acabando el servicio con un Servidor de Usted. La mayoría de las veces la barbería era el lugar de aseo de aquellos señores, donde también se vendía brillantina y una colonia destilada en la misma barbería con agua de lluvia y esencias.

En Tragacete, antes de la barbería de la Plaza, la de mi padre, hubo  al menos dos barberos, uno fue la barbería del corzo, que según me corroboró Miguela era la de su cuñado Segundo, y estaba situada en la que sigue siendo la casa de los corzos; y en el callejón (ahora cerrado) se podía ver el interior por la ventana.

La otra era la del tío Guillermo, el marido de la tía Librada, que estaba situada en la casa que hace esquina enfrente del Gamo de arriba, como así me lo ha confirmado su bisnieta Nuria.

La de mi padre, al principio estuvo ubicada en casa de Lázaro el moña, hasta su establecimiento definitivo en la Plaza, y su horario de trabajo podía abarcar desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche, ya que los pastores o los agricultores madrugaban o volvían tarde. Cualquier hora era buena para atenderlos.

Para cobrar el método establecido era el de las igualas, que quiere decir que los servicios de la semana se igualaban con una cantidad de grano del que se recogía en las cosechas, por lo que se cobraba una vez al año; también se pagaba con huevos, y por supuesto con dinero, algo que en aquella época escaseaba. El precio del servicio a domicilio, para personas enfermas o impedidas, era el doble, aunque mi padre nunca aplicó esa tarifa. Todavía recuerdo que existía un cuaderno con los débitos, eran épocas difíciles.

La barbería en la que yo me crié siempre estaba llena de gente, a cualquier hora. Aún no había empezado la emigración a las ciudades. Cuando llegaban las fiestas era tanta la afluencia de público que mi tío Leandro, subía de Cuenca para ayudar a mi padre.

A mi corta edad veía a la gente muy mayor, señores con barbas de varios días, curtidos por el aire y el sol, para mí eran todos abuelos. Quizá por eso siempre me han interesado las historias que oía contar sobre nuestro pueblo, porque siempre andaba por medio, y siempre me produjo una enorme ternura el mundo de los abuelos, por su experiencia y a veces porque vivían en mundos diferentes, por haber perdido la cabeza, que decían entonces, y yo pensaba: dónde la habrán dejado.

Había una tabla con números para repartir turno, y una radio que, en aquellos años en los que hasta pensar estaba prohibido, además de oír el parte oficial por la noche, me contaban que si no quedaba ningún cliente sospechoso, que pudiera delatar, se sintonizaba la famosa emisora Pirenaica, para conocer otra versión diferente a la oficial sobre la situación política de nuestro país.

Mi padre, aprendiz de barbero desde su infancia en Cuenca, se estableció en Tragacete después de la guerra, hacia el año 45, viviendo exclusivamente de este oficio hasta los años 70 cuando comenzó el abandono de los pueblos buscando una vida mejor en la ciudad. Al mismo tiempo con la moda de los pelos largos al estilo Hippie y más tarde con las maquinillas, la gente ya no iba cada semana a afeitarse a la barbería, y tuvo que reinventarse. La barbería siguió funcionando hasta que se jubiló, aunque siguió atendiendo a sus clientes de toda la vida, no solo de Tragacete, sino de los pueblos de alrededor.

La Diputación en un programa de recuperación de oficios perdidos, impulsado por Miguel Romero, grabó un programa en el que entrevistaba a mi padre cuando tenía 90 años en el que habló de su trabajo y de su vida en el pueblo. Lamentablemente la grabación se perdió y no se sabe donde está. Al menos tenemos constancia gráfica de su último servicio, en el que, a sus 100 años, mi padre le cortaba el pelo a su último cliente, Gregorio el hachero, de 90, con la siguiente conversación:

─Aquí no hay más barbero que tú.

─Cómo dices.

─Que aquí no hay más barbero que tú.

─Pues no, no hay nadie, ni pa qué, si casi no hay gente en el pueblo.

─También llevas razón.


Aunque mis hermanos aprendieron el oficio, sus vidas discurrieron por otros derroteros.


A todos los peluqueros y barberos por su dedicación a pesar de las dificultades, y especialmente a mi padre: Francisco, EL ÚLTIMO BARBERO DE TRAGACETE. 

miércoles, 22 de octubre de 2025

LA SOLEDAD

 








Al llegar estas fechas resulta inevitable que acuda a mi mente la frase:
"¡Qué solos se quedan los muertos!", del poema de Gustavo Adolfo Bécquer, que explora la soledad y el silencio de la muerte, algo ineludible por otra parte.
Partiendo de esta triste reflexión se me ocurre otra aún más dolorosa, estar solo estando vivo: ¡qué solos se quedan los viejos!, como algo lejano y pensando que nosotros no vamos a llegar a ello. 
Los visitamos, los cuidamos, los tenemos en casa; otras veces los llevamos a lugares donde creemos que estarán mejor cuidados, siempre intentando acallar nuestra conciencia, sin darnos cuenta que son personas que siendo conscientes, o tal vez inconscientes, con diferente forma de entender el cuerpo, sin fuerza pero con un corazón joven que quiere y no puede hacer lo mismo que años atrás.
Procuremos que no exista esa soledad, aunque repitan una y mil veces lo mismo. Escuchemos y que no sientan esa terrible sensación, y si llegan o llegamos a no conocer a nuestros seres cercanos y queridos, que la otra parte siempre sepa quiénes somos.
Que extrañar a los muertos nos vuelva conscientes de cuidar y valorar a los vivos.
   

viernes, 26 de septiembre de 2025

LAS PEÑAS


 







A las seis de la tarde, con el volteo de campanas y la traca inicial, comienzan los festejos. A las siete el pregón, este año con los chicos de la Asociación Juvenil en el balcón del Ayuntamiento. Abajo, escuchando, la gente del lugar y sobre todo una explosión de colores con las camisetas de las diferentes peñas.
Las peñas, el alma de la fiesta, las que están y las que se recuerdan en el tiempo con añoranza:
La primera que se formó fue la de San Miguel, durante muchos años y muchas fiestas, de ella sólo queda el recuerdo de lo que fue. Sus miembros por edad, por circunstancias, por lo que fuera, decidieron no seguir; Los Malotes, también desaparecida cuando uno de sus componentes falleció; otra femenina, Las Bolinguetas que duró poco.
Las actuales:
Los Judas, Los Taitantos, Los Bacanales, Los BO2, Anda que tuuu, Los Rayaos, la que nunca cierra Los Revolcaos, Los Waltrapas, Los Kamikaces, Los Trankas
Tragacete I.P.T.Las Parrandas, Los Colgaos y muchos otros que no recuerdo.
Todas ellas tienen una sede, normalmente alguna cuadra, en la que hacen vida familiar durante toda la fiesta: comen, beben, bailan y admiten a tomar una copa a cualquier persona que pase por allí.
En un principio, quizá fue por ahorrarse unos dinerillos en los bares, ahora no es así, aunque posiblemente también, durante los días que dura la fiesta disfrutan con la familia de peña que han elegido.
Para los que no tienen peña y tienen que soportar el ruido que hacen con su música, un poco de tolerancia y de paciencia, son cuatro días, y el pueblo está lleno de vida, luego llega de golpe el silencio.
Sin el colorido de las diferentes camisetas, la fiesta estaría más triste y seria. El día del Santo Patrón son los encargados de sacar a hombros a San Miguel, y de homenajear a los difuntos que desde el último San Miguel nos han dejado.
Felicidades a todas las peñas, perdón por las que no he nombrado por desconocimiento, y sobre todo felicitar a Los BO2 por su 25 aniversario, que no está nada mal.

¡FELICES FIESTAS!
¡VIVA TRAGACETE!
¡VIVAN LAS PEÑAS!
¡VIVA SAN MIGUEL!

sábado, 13 de septiembre de 2025

TRAGACETE “Un pueblo que baila - Año 1956”

En alguna ocasión he hablado del grupo folklórico que representó a Tragacete en importantes concursos. Ahora, gracias a la generosidad de Ángel Luis Adán de la Hoz, ha llegado a mis manos la revista Gaceta Ilustrada, donde queda reflejada la importancia que tuvo el grupo y la publicidad que le dio al pueblo.
La crónica, nada más y nada menos, de la mano de Federico Muelas, Cronista de Cuenca y poeta por excelencia, comienza haciendo una descripción del pueblo: 
“Tragacete, en el cogollo de la Serranía de Cuenca, es un pueblo desparramado, de plazas extensas y calles, que de tan anchas, casi no lo son. Difiere de la imagen habitual en los pueblecitos serranos: casas acurrucadas a la sombra tutelar de la Iglesia. En Tragacete hay muros viejísimos recubiertos de líquenes secos, y otros con el blanco reciente de la cal viva. Solanas donde los viejos cuentan historias perdidas en el tiempo y “cafés” con noticias recientes del mundo actual que ha traído a este rincón el grupo vencedor en el concurso folklórico de Italia.” 

En el año 1956 esta es la descripción que Federico Muelas hace de nuestro pueblo. Nos habla del entonces alcalde Valentín Sevilla, al que por edad sitúa entre los jóvenes y los viejos, y que por ello anima a los unos y escucha a los otros, para que los antiquísimos ritmos y canciones que recuerdan los mayores sean los jóvenes veinteañeros quienes los representen fuera de nuestro país, y que así a nuestro pueblo vengan gentes de toda España. Desde este punto de vista lo podríamos considerar pionero en cuanto a la apertura turística como más tarde iremos observando.

También nos habla ya de la importancia de la caza, de la destreza de hombres cazando corzos o jabalíes, y cómo los más viejos cuentan tiempos en los que se cazaban osos, de ahí que la toponimia hable de parajes como “El rincón de los corzos”, la “Umbría del oso”, o “Las Jabaleras”. Nos habla de la limpidez y hermosura de los ríos y pinares del Júcar, del Tajo y del Cuervo, para terminar diciendo que en un plazo breve, las primeras escopetas de España se reunirán aquí, en uno de los cotos más extensos y bellos del país, y para ello se ha construido un Parador de recia y cómoda arquitectura, en el que sólo faltan por levantar las construcciones que exige la montería: cuadras, perreras y capilla, aunque al parecer con discrepancias al hallarse cercana la Iglesia con San Miguel como patrón, peleador que no va nada mal como protector de cazadores. 

Y todo esto dice Federico a doscientos kilómetros de Madrid. El Parador al que se refiere sería conocido como Hotel La Trucha, con gran prestigio durante muchos años como referente de un pueblo que miraba al futuro con esperanza de progreso, con una fuerte decadencia a finales del siglo pasado.


En la actualidad no tiene la función para la que se creó, y después de muchos años de “abandono” se ha reabierto ahora como sede de La Fundación Los Maestros, dándole un uso cultural, y que de alguna manera pueda seguir representando al pueblo como edificio emblemático y de progreso.

Todo esto es el preludio para contar el éxito del Grupo de Danzas de la Cofradía de San Miguel, haciendo descripciones sobre la naturaleza del tiempo fresco de la sierra, como sólo un grande como Federico Muelas sabe hacer, situando en fechas la antevíspera de la fiesta, en plena Feria abierta, una semana anterior a las fiestas patronales, y la gente de limpio que para eso eran fechas importantes.

Mientras se espera a los danzantes, sitúa el lugar en la plaza frente a la galería y la portalada, ya que parece ser que anteriormente, la entrada al Ayuntamiento tenía unos soportales; sin olvidarse de la Fuente de los Doce Caños, que los describe como “doce chorros de agua pura”.

Los hombres van llegando por grupos, algunos estaban en el campo, que era su medio de vida, la danza era afición y señala “hubo que enviar a buscarlos”, y vienen terminándose de ajustar la vestimenta.


Las mujeres aparecen todas juntas, sonríen y saludan, comprobando que no falte un detalle en el atuendo: mantellina de lentejuelas, bordado delantal, rizada bocamanga. Al saludar cogen con ambas manos las sayas que ahuecan tres pares de enaguas, inclinándose.
Entran los músicos, el más anciano del Grupo el tío Mariano, 83 años, dice que nunca estuvo malo, “una vez tuve unas calenturillas”, su apellido celtibérico Aliaga Cardo, es amable, hablador, con repunte irónico, su hijo con 50 años es quien toca los platillos.
Comienzan con “Las Torrás”, sin la res que da nombre a esta danza y que al parecer antes se bailaba alrededor de ella ininterrumpidamente hasta que estaba asada y torrada, de ahí el nombre.
Danza ancestral con la que se celebraban los triunfos cristianos frente a los árabes, y que demostraba la resistencia de los bailadores para seleccionar futuros guerreros. Federico describe la danza como monótona y fuerte, de variadas figuras, al cerrar los ojos y oír el sonido de los platillos puede asemejar el choque de espadas.

Tanto las seguidillas como la jota son propias del lugar, no tienen demasiado parecido con las de otros lugares. Las seguidillas con un ritmo endemoniado, la jota más bien lenta. En las seguidillas los bailadores se persiguen, en la jota se cortejan.
Los danzantes bailan sin descanso ante un público que sabe más que los jurados nacionales e internacionales, su pueblo, que exige individualmente a cada uno todo lo que pueda dar, el máximo. Bailan a pesar del suelo de tierra llevando en volandas la música.
Los comentarios de alrededor de la fuente:
“─Que no se diga Remedios, que el pie se vuelve de plomo cuando se pasan los veinte.”
Federico nos habla de cómo volvieron triunfantes muchachos con alas en los pies, y cuan difícil es revalidar ese título ante los propios, aunque a mí me consta lo orgulloso que el pueblo estaba y sigue estando de aquel Grupo de jóvenes y no tan jóvenes que regresaron con ese título y ese honor.
Termina haciendo una comparativa con Julián Romero, que cuatro siglos atrás salía de la Venta de su padre Juan Romero. Julián, el de las Hazañas, la mejor pica de Flandes, pero le faltó la hazaña mejor, revalidar ante los suyos el título que le había otorgado el mundo.
Federico ya no ha sido testigo, al final Julián Romero ha sido revalidado y con honores en su pueblo Huélamo. Con gran reconocimiento todos los años se celebran unas jornadas en su honor. Al final todo es cuestión de tiempo.
Para ilustrar este relato, os dejo fotos de la época. Una vez más demostrar mi agradecimiento a Ángel Luis Adán de la Hoz, por proporcionarme tan valiosa información. Espero que os guste.
 
¡Felices Fiestas!
¡Viva San Miguel!

sábado, 2 de agosto de 2025

LOS VIEJOS CACHARROS

Estas fotografías representan un viaje al pasado.
Una panera de madera


de cuando se amasaba el pan en casa y se llevaba al horno a cocer. 

La fuente, el bol, y la cafetera de porcelana



la lechera de metal



herencias de otra época, de los abuelos.

Y el sello metálico 


que servía para grabar las iniciales en la masa del pan, y que al introducirlo en el horno no se confundiera con el de otra persona. Cada uno amasaba el suyo, y como es lógico, nadie quería comerse el pan de otro.

Son utensilios pasados que ya no utilizamos, y sin embargo guardamos como un tesoro, y al hacer limpieza salen y nos recuerdan el paso del tiempo.

Cuántas veces los habrán usado nuestro ancestros, y a la mayoría nos parece algo fuera de lugar, o anacrónico, aunque de alguna manera parece que un hilo invisible nos arrastra y nos ata a ellos.

Podemos pensar que sólo a los animales se les marca con una señal en el lomo para distinguirlo del animal de otro rebaño, pues no; el pan y los bollos hechos en casa y cocidos en el horno también.

Buscad por casa, seguro que también tenéis alguno de estos viejos cacharros.

¡FELIZ VERANO!

¡DISFRUTAD!

domingo, 27 de julio de 2025

JUEGOS POPULARES: XVII CIRCUÍTO DIPUTACIÓN DE BOLOS “SERRANÍA DE CUENCA”


Ayer día 26 tuvo lugar en el Parque del Coto de Tragacete, una de las pruebas de Bolos organizadas por la Diputación de Cuenca, en esta decimoséptima edición en la que por primera vez participa nuestro pueblo, que alcanzó un honorable segundo puesto. 
Con gran afluencia de público, tanto local como de otras localidades se disputó la prueba. Después de una reñida lucha en la que los tres primeros equipos tuvieron que desempatar, quedó la clasificación de la siguiente manera:

1º UÑA 45 bolos

2º TRAGACETE 45

3º VALDEMORO SIERRA 45

4º BUENACHE DE LA SIERRA 44

5º BEAMUD 42

6º ZARZUELA 41

7º CAÑADA DEL HOYO 41

8º LA CIERVA 41

9º PORTILLA 38

10º CUENCA 36


Lo importante, como se suele decir, no es la clasificación, es más un motivo para celebrar un festejo popular, ya que una vez finalizada la competición, los participantes con los acompañantes disfrutaron de un merecido aperitivo.
El campeonato que lleva ya cinco de las diez pruebas programadas, se ha celebrado por primera vez en Tragacete. Cada vez lo organiza una de las localidades participantes, continuará en Cuenca, el próximo sábado, finalizando en Portilla el próximo 13 de septiembre.