domingo, 27 de julio de 2025

JUEGOS POPULARES: XVII CIRCUÍTO DIPUTACIÓN DE BOLOS “SERRANÍA DE CUENCA”


Ayer día 26 tuvo lugar en el Parque del Coto de Tragacete, una de las pruebas de Bolos organizadas por la Diputación de Cuenca, en esta decimoséptima edición en la que por primera vez participa nuestro pueblo, que alcanzó un honorable segundo puesto. 
Con gran afluencia de público, tanto local como de otras localidades se disputó la prueba. Después de una reñida lucha en la que los tres primeros equipos tuvieron que desempatar, quedó la clasificación de la siguiente manera:

1º UÑA 45 bolos

2º TRAGACETE 45

3º VALDEMORO SIERRA 45

4º BUENACHE DE LA SIERRA 44

5º BEAMUD 42

6º ZARZUELA 41

7º CAÑADA DEL HOYO 41

8º LA CIERVA 41

9º PORTILLA 38

10º CUENCA 36


Lo importante, como se suele decir, no es la clasificación, es más un motivo para celebrar un festejo popular, ya que una vez finalizada la competición, los participantes con los acompañantes disfrutaron de un merecido aperitivo.
El campeonato que lleva ya cinco de las diez pruebas programadas, se ha celebrado por primera vez en Tragacete. Cada vez lo organiza una de las localidades participantes, continuará en Cuenca, el próximo sábado, finalizando en Portilla el próximo 13 de septiembre. 

lunes, 30 de junio de 2025

BANDIDOS CARLISTAS EN TRAGACETE

Diligencia siglo XIX
Siempre se han tenido las Sierras de nuestro país como refugio de salteadores y bandoleros por su condición agreste y salvaje; los más famosos en Sierra Morena, aunque en nuestra provincia tenemos el Bandido del Pico de Ranera, o, en tiempos más recientes, el manco de la Pesquera.
Nuestra Sierra de Tragacete, fue también en pleno siglo XIX, cuna y refugio de bandidos. Era una época en la que se aprovecharon del conflicto monárquico entre los seguidores de la Reina Isabel II, hija de la cuarta mujer de Fernando VII, defensora del liberalismo frente a las tropas de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, defensor de la monarquía tradicional, que tenía por bandera el lema Dios, Patria y Rey.
La II Guerra Carlista abarcó un período de cuatro años de 1846 a 1849, fue la continuación de la I Guerra Carlista de 1833 a 1840, tras la muerte de Fernando VII.
Corría el año de 1847, cuando cuatro vecinos de la localidad, de nuestro pueblo Tragacete, amparados con banderas carlistas, asaltaron el correo ordinario de la empresa de Diligencias Reales que seguía la ruta Teruel-Madrid. Escondidos en el Vallejo de Peñarrubia, en la Sierra del Maestrazgo, esperaron la llegada de la diligencia, y por la fuerza, con armas de fuego, se llevaron las cajas y el cofre.
La Guardia Civil, recién creada en 1844 por el duque de Ahumada, tenía puesto en Cañete. Su comandante, Constantino Delatre, mandó al cabo Manuel Cabanilla del segundo escuadrón, y al guardia Mamerto Fernández, para realizar las pesquisas en Tragacete, donde localizaron a los bandidos, a los que persiguieron por las calles disparando sus mosquetes. Gracias al apoyo de la vecindad lograron capturar a uno de ellos, huyendo los demás en dirección a Teruel.
La cuarta compañía de Landete, con el cabo Fermín Buzo y el guardia Juan Lozano a la cabeza, localizaron a los fugitivos y consiguieron, en plena refriega, herir a uno de los fugados, matando a los otros dos, lo que puso fin al bandidaje de la comarca, generado por la revuelta carlista.
Fte: Pueblos y paisajes (Miguel Romero)

viernes, 13 de junio de 2025

La Cruz Roja en Tragacete

Nunca se sabe si existen las casualidades, las causalidades o el destino es caprichoso.
En la década de los 80 hubo en Tragacete un puesto de Cruz Roja donde  se podía hacer la mili voluntaria. Esto era común en los años 70 y 80 que muchos jóvenes hicieran el servicio militar como voluntarios en este cuerpo.
En el año 1973 se firmó un convenio entre el Ejército y la Cruz Roja Española necesitada de voluntarios. De esta forma se permitía hacer la mili cerca de casa a jóvenes de zonas rurales donde existían dispersos puestos de socorro. Para acceder a ese puesto primero se hacía el CIR y se juraba bandera.


El puesto estaba situado en la polifacética casa de Don Casildo, donde actualmente está ubicada la Asociación de Jubilados. Allí tenían las literas, cocina y servicio, muy básico pero fundamental, sobre todo para los que venían de otros pueblos.
Al lado de la gasolinera había una especie de contenedor que era el puesto de Cruz Roja. Cuando no existía el transporte en ambulancia como existe en la actualidad, los encargados del transporte de enfermos y accidentados eran los chicos que estaban allí haciendo la mili.
El tiempo de milicia era unos meses más largo que la mili por reemplazo aunque con la ventaja de estar al lado de casa. No sólo fueron chicos de nuestro pueblo, también de otros pueblos cercanos, los que eligieron esta modalidad.
En aquellos tiempos Cruz Roja ya repartía alimentos a las familias que el presidente consideraba necesitadas. Por aquel entonces creo que el presidente fue el guarda forestal Julio Mondaray. 
Creo recordar que la ambulancia que estaba destinada para la Serranía era un todo terreno, preparado para tal fin por las condiciones duras de los inviernos serranos. Nada que ver con todo lo que hemos avanzado en la actualidad.
Hablaba al principio de los caprichos del destino. Muchísimos inviernos después llega a nuestro pueblo un nuevo vecino: Raúl Felipe, un señor que por su trabajo y compromiso con Cruz Roja (también es cierto que esta nueva Cruz Roja poco o nada tiene que ver con aquella que empezó) ha creado Tragacete en Acción, un grupo que intenta que la conciliación y la concordia sea una máxima entre vecinos. Podemos pensar diferente pero el amor por nuestro pueblo nos hace luchar por él. Convivencias con otros pueblos, apoyo a personas vulnerables, acercar las tecnologías a los más mayores, actividades entre vecinos para fomentar la socialización, etc. Estas y otras iniciativas que se están llevando a cabo en Tragacete son un impulso para la zona, para que se nos conozca, no solo a nosotros, sino a todos los pueblos, la vida rural existe y hay que reivindicarla, no sólo se trata de reuniones y de hablar de despoblación en los despachos, hay que tomar medidas más efectivas.
A Raúl, nuestro nuevo vecino, muchas gracias por comprometerse en la dinamización del pueblo.

(Si hay alguien que conserve alguna foto del puesto y quiere compartirla, la pondré como ilustración del relato)

martes, 6 de mayo de 2025

OFICIOS ANTIGUOS


Paisaje Ilustrado de Luis Zafrilla
Valdemeca

















La etapa de vida que nos ha tocado vivir nos ha proporcionado utensilios, materiales y comodidades que generaciones que nos precedieron no alcanzaron a imaginar.
Tenemos cubertería, cristalería, vajillas, juegos de cacerolas, sartenes a la última moda, hornos eléctricos, en fin, de todo, y volviendo la vista atrás, y no tan atrás, unos 60 años, no se disponía de tanto menaje. Igual había un plato y un cubierto para cada uno, y en la mayoría de las casas se comía mojando pan, y que no faltara, directamente de la sartén, o de la cazuela.
Los platos de cerámica eran muy valiosos, y si se rompían no se tiraban; los cántaros, orzas, y vasijas tampoco. Se guardaban para reparar, al igual que las cacerolas, para cuando viniese el lañador o estañador; este señor, que de manera itinerante, iba de pueblo en pueblo, arreglando cacharros. Recuerdo perfectamente al "Tío Chato", y a su mujer la "Tía Rosario" que iban en un carro, parecido a una carreta del Oeste americano, como el que hay representado en figuras de hierro a la entrada de Valdemeca. En ese carro llevaban su casa y su taller. No sabría decir la edad que tendrían, desde mis ojos de niña los veía viejos. Eran alegres, él siempre canturreando, ella llevaba sayos de colorines; eran de etnia gitana, creo que vivían más tiempo por Masegosa o "Launaseca", aunque su vida era totalmente nómada. Se quedaban en la cuadra de Reyes como aposento, que por aquel entonces aún era vivienda, y montaban el taller en la Chopera, o "Juegobolos", el parque que hay al lado del río, y allí la gente le iba llevando sus cacharros, finalizando su estancia cuando ya no quedaba ninguno para reparar.
El Tío Chato no recuerdo si sabía leer o escribir, pero la Tía Rosario no, y ella no podía entender que yo, que era muy pequeña, supiera. La recuerdo como una persona muy noble y fácil de sorprender. Por aquellos años habían llegado las primeras televisiones al pueblo, me acuerdo que la Tía Rosario entró en el bar de la Chispa donde echaban toros, y al cruzar la Plaza hasta el bar, entonces de Heliodoro, se sorprendió porque en las dos teles ponían lo mismo.
Otro personaje característico de la época que venía montado en una bicicleta era el "afilaor", que llegaba anunciando su presencia haciendo sonar una flauta o "chiflo" con un sonido muy especial "fiu-fiu". Su oficio, como su nombre indica, era el de afilar tijeras, cuchillos y cualquier utensilio cortante. No se sabe por qué extraña razón, cuando la gente oía el son de su flauta decía que iba a llover, que la llegada del afilaor lo barruntaba.
Si cerramos los ojos y nos imaginamos esas escenas, no podemos por menos que sentirnos privilegiados por la época que nos ha tocado vivir, y recordar a los que nos precedieron que no tuvieron tanta suerte.

lunes, 7 de abril de 2025

LIBRO DEL PÓSITO DE 1641




Página inicial del libro de cuentas del Pósito de Tragacete de 1641, donde se hace constar el cambio de depositario, cargo anual donde se tenían que presentar las cuentas del trigo que quedaban en depósito, haciéndose concordar las recibidas anteriormente y las actuales.
A continuación Pepe Ponce y una servidora hemos respetado lo más fielmente posible la forma de las expresiones del lenguaje de la época.
Aparece como peculiaridad principal la existencia de dos alcaldes llamados ordinarios. Este documento y su interpretación lo queremos compartir con todos vosotros.




martes, 11 de marzo de 2025

EL CINE

 










A través de una iniciativa de Cruz Roja vamos a recuperar la costumbre de reunirnos para ver el cine, tarea un poco complicada, ya que ahora mismo todo el mundo dispone de televisión. Vamos a volver atrás en el tiempo para hacer un poco de historia.
La mayoría de los vecinos de Tragacete, nos referimos a la actual Casa de Cultura como "El Cine", aunque nunca lo he visto en funcionamiento como tal.
Antes de la Guerra Civil, los intelectuales españoles se habían asomado con cierta asiduidad al fenómeno cinematográfico; personas representativas como Dalí, Ayala, Alberti, se acercaban al cine para usarlo como herramienta cultural. Al producirse el levantamiento militar en el año 1936, durante toda la Guerra Civil se buscaría la ideologización de todo medio cultural, por parte de ambos bandos, y el cine no iba a ser menos.
Al finalizar la contienda, el nuevo orden se ve en la necesidad de conseguir alguna distracción para que la gente olvide las penurias de la guerra, y una manera de hacerlo es la de llevar a los pueblos más recónditos el cine. Películas con hermosas mujeres, y con problemas cotidianos siempre con final feliz, pasando por un férreo control de la censura, donde la moral y la castidad son fundamentales.
Al principio de cada película era obligatorio el famoso NODO, acróstico de Noticiarios y Documentales, que nos informaba de lo mejor del régimen: la inauguración de un pantano, la actuación de un coro infantil o qué bien pescaba su Excelentísimo Señor. En fin, una manera de llevarnos al aplauso por lo bien que nos trataban, que hasta nos traían el cine a casa. Por este motivo muchos pueblos construyeron un local donde se podía disfrutar de las películas y los actores de moda.
Creo que fue en la década de los sesenta, cuando en Tragacete comenzó la construcción del cine, pero al terminar la construcción se le dio un uso distinto, pues durante muchos años se utilizó como almacén municipal, y luego posteriormente en los años 90 fue reconvertido en Casa de la Cultura. 
He oído hablar del cine que llevaba "La Sabina", una señora que llegué a conocer pero sólo cuando en lugar de cine llevaba una tienda de ropa ambulante. La gente iba con su silla a ver el cine, todo un acontecimiento para salir de la rutina. 
Cuando llegaron las primeras televisiones a los pueblos, el cine pasó a un segundo plano, pues ya se podían tener más fácilmente momentos de ocio. Creo que en Tragacete la primera televisión estaba situada en el Ayuntamiento. Luego se fue ampliando la influencia de la televisión, y cuando cada hogar llegó a tener su propio aparato, se produjo un fenómeno social por el cual la gente dejó de frecuentar, primero el cine, después la casa del vecino, para poder asomarse a esa ventana abierta al mundo, durante muchos años las películas siguieron siendo cercenadas por la censura y el parte ,así se llamaba al telediario, seguía trasmitiendo lo que interesaba que la población supiera.
Sólo desear muchísima suerte en esta iniciativa de Cruz Roja con películas que tratan temas cotidianos sin ánimo  de adiestramiento, pensando únicamente en la socialización y entretenimiento de la gente, que no se quede encerrada en su casa a ver la vida pasar, y en algún caso para reflexionar con el contenido de la película.
Mucha suerte y a disfrutar de los pequeños placeres que de un tiempo a esta parte van llegando a nuestro pueblo.

viernes, 7 de marzo de 2025

VALES LA TÍA ESPERANZA














Hace algún tiempo, estuve hablando de las tiendas que existían en Tragacete. Los más mayores recordaréis la de la tía Esperanza en la calle de abajo, frente al río. Recuerdo perfectamente la tienda, lo que no recuerdo son estos vales que generosamente me han hecho llegar. Una joya, con el paso del tiempo. A ver si hay alguien que los reconozca.