Tragacete: Joya de la Serranía. Historia del pueblo y su gente.
miércoles, 22 de octubre de 2025
LA SOLEDAD
viernes, 26 de septiembre de 2025
LAS PEÑAS
Las peñas, el alma de la fiesta, las que están y las que se recuerdan en el tiempo con añoranza:
La primera que se formó fue la de San Miguel, durante muchos años y muchas fiestas, de ella sólo queda el recuerdo de lo que fue. Sus miembros por edad, por circunstancias, por lo que fuera, decidieron no seguir; Los Malotes, también desaparecida cuando uno de sus componentes falleció; otra femenina, Las Bolinguetas que duró poco.
Las actuales:
Los Judas, Los Taitantos, Los Bacanales, Los BO2, Anda que tuuu, Los Rayaos, la que nunca cierra Los Revolcaos, Los Waltrapas, Los Kamikaces, Los Trankas, Tragacete I.P.T., Las Parrandas, Los Colgaos y muchos otros que no recuerdo.
En un principio, quizá fue por ahorrarse unos dinerillos en los bares, ahora no es así, aunque posiblemente también, durante los días que dura la fiesta disfrutan con la familia de peña que han elegido.
Para los que no tienen peña y tienen que soportar el ruido que hacen con su música, un poco de tolerancia y de paciencia, son cuatro días, y el pueblo está lleno de vida, luego llega de golpe el silencio.
Sin el colorido de las diferentes camisetas, la fiesta estaría más triste y seria. El día del Santo Patrón son los encargados de sacar a hombros a San Miguel, y de homenajear a los difuntos que desde el último San Miguel nos han dejado.
Felicidades a todas las peñas, perdón por las que no he nombrado por desconocimiento, y sobre todo felicitar a Los BO2 por su 25 aniversario, que no está nada mal.
¡VIVA TRAGACETE!
¡VIVAN LAS PEÑAS!
¡VIVA SAN MIGUEL!
sábado, 13 de septiembre de 2025
TRAGACETE “Un pueblo que baila - Año 1956”
También nos habla ya de la importancia de la caza, de la destreza de hombres cazando corzos o jabalíes, y cómo los más viejos cuentan tiempos en los que se cazaban osos, de ahí que la toponimia hable de parajes como “El rincón de los corzos”, la “Umbría del oso”, o “Las Jabaleras”. Nos habla de la limpidez y hermosura de los ríos y pinares del Júcar, del Tajo y del Cuervo, para terminar diciendo que en un plazo breve, las primeras escopetas de España se reunirán aquí, en uno de los cotos más extensos y bellos del país, y para ello se ha construido un Parador de recia y cómoda arquitectura, en el que sólo faltan por levantar las construcciones que exige la montería: cuadras, perreras y capilla, aunque al parecer con discrepancias al hallarse cercana la Iglesia con San Miguel como patrón, peleador que no va nada mal como protector de cazadores.
Y todo esto dice Federico a doscientos kilómetros de Madrid. El Parador al que se refiere sería conocido como Hotel La Trucha, con gran prestigio durante muchos años como referente de un pueblo que miraba al futuro con esperanza de progreso, con una fuerte decadencia a finales del siglo pasado.
En la actualidad no tiene la función para la que se creó, y
después de muchos años de “abandono” se ha reabierto ahora como sede de La
Fundación Los Maestros, dándole un uso cultural, y que de alguna manera pueda
seguir representando al pueblo como edificio emblemático y de progreso.
Todo esto es el preludio para contar el éxito del Grupo de Danzas
de la Cofradía de San Miguel, haciendo descripciones sobre la naturaleza del
tiempo fresco de la sierra, como sólo un grande como Federico Muelas sabe
hacer, situando en fechas la antevíspera de la fiesta, en plena Feria abierta,
una semana anterior a las fiestas patronales, y la gente de limpio que para eso
eran fechas importantes.
Mientras se espera a los danzantes, sitúa el lugar en la
plaza frente a la galería y la portalada, ya que parece ser que anteriormente,
la entrada al Ayuntamiento tenía unos soportales; sin olvidarse de la Fuente de
los Doce Caños, que los describe como “doce chorros de agua pura”.
Los hombres van llegando por grupos, algunos estaban en el campo, que era su medio de vida, la danza era afición y señala “hubo que enviar a buscarlos”, y vienen terminándose de ajustar la vestimenta.
Entran los músicos, el más anciano del Grupo el tío Mariano, 83 años, dice que nunca estuvo malo, “una vez tuve unas calenturillas”, su apellido celtibérico Aliaga Cardo, es amable, hablador, con repunte irónico, su hijo con 50 años es quien toca los platillos.
Comienzan con “Las Torrás”, sin la res que da nombre a esta danza y que al parecer antes se bailaba alrededor de ella ininterrumpidamente hasta que estaba asada y torrada, de ahí el nombre.
Danza ancestral con la que se celebraban los triunfos cristianos frente a los árabes, y que demostraba la resistencia de los bailadores para seleccionar futuros guerreros. Federico describe la danza como monótona y fuerte, de variadas figuras, al cerrar los ojos y oír el sonido de los platillos puede asemejar el choque de espadas.
Los danzantes bailan sin descanso ante un público que sabe más que los jurados nacionales e internacionales, su pueblo, que exige individualmente a cada uno todo lo que pueda dar, el máximo. Bailan a pesar del suelo de tierra llevando en volandas la música.
Los comentarios de alrededor de la fuente:
“─Que no se diga Remedios, que el pie se vuelve de plomo cuando se pasan los veinte.”
Federico nos habla de cómo volvieron triunfantes muchachos con alas en los pies, y cuan difícil es revalidar ese título ante los propios, aunque a mí me consta lo orgulloso que el pueblo estaba y sigue estando de aquel Grupo de jóvenes y no tan jóvenes que regresaron con ese título y ese honor.
Termina haciendo una comparativa con Julián Romero, que cuatro siglos atrás salía de la Venta de su padre Juan Romero. Julián, el de las Hazañas, la mejor pica de Flandes, pero le faltó la hazaña mejor, revalidar ante los suyos el título que le había otorgado el mundo.
Federico ya no ha sido testigo, al final Julián Romero ha sido revalidado y con honores en su pueblo Huélamo. Con gran reconocimiento todos los años se celebran unas jornadas en su honor. Al final todo es cuestión de tiempo.
Para ilustrar este relato, os dejo fotos de la época. Una vez más demostrar mi agradecimiento a Ángel Luis Adán de la Hoz, por proporcionarme tan valiosa información. Espero que os guste.
¡Viva San Miguel!
sábado, 2 de agosto de 2025
LOS VIEJOS CACHARROS
Una panera de madera
de cuando se amasaba el pan en casa y se llevaba al horno a cocer.
La fuente, el bol, y la cafetera de porcelana
la lechera de metal
herencias de otra época, de los abuelos.
Y el sello metálico
que servía para grabar las iniciales en la masa del pan, y que al introducirlo en el horno no se confundiera con el de otra persona. Cada uno amasaba el suyo, y como es lógico, nadie quería comerse el pan de otro.
Son
utensilios pasados que ya no utilizamos, y sin embargo guardamos como un
tesoro, y al hacer limpieza salen y nos recuerdan el paso del tiempo.
Cuántas
veces los habrán usado nuestro ancestros, y a la mayoría nos parece algo fuera
de lugar, o anacrónico, aunque de alguna manera parece que un hilo invisible
nos arrastra y nos ata a ellos.
Podemos
pensar que sólo a los animales se les marca con una señal en el lomo para
distinguirlo del animal de otro rebaño, pues no; el pan y los bollos hechos en
casa y cocidos en el horno también.
Buscad
por casa, seguro que también tenéis alguno de estos viejos cacharros.
¡FELIZ
VERANO!
¡DISFRUTAD!
domingo, 27 de julio de 2025
JUEGOS POPULARES: XVII CIRCUÍTO DIPUTACIÓN DE BOLOS “SERRANÍA DE CUENCA”
1º UÑA 45 bolos
2º TRAGACETE 45
3º VALDEMORO SIERRA 45
4º BUENACHE DE LA SIERRA 44
5º BEAMUD 42
6º ZARZUELA 41
7º CAÑADA DEL HOYO 41
8º LA CIERVA 41
9º PORTILLA 38
10º CUENCA 36
lunes, 30 de junio de 2025
BANDIDOS CARLISTAS EN TRAGACETE
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| Diligencia siglo XIX |
Nuestra Sierra de Tragacete, fue también en pleno siglo XIX, cuna y refugio de bandidos. Era una época en la que se aprovecharon del conflicto monárquico entre los seguidores de la Reina Isabel II, hija de la cuarta mujer de Fernando VII, defensora del liberalismo frente a las tropas de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, defensor de la monarquía tradicional, que tenía por bandera el lema Dios, Patria y Rey.
La II Guerra Carlista abarcó un período de cuatro años de 1846 a 1849, fue la continuación de la I Guerra Carlista de 1833 a 1840, tras la muerte de Fernando VII.
Corría el año de 1847, cuando cuatro vecinos de la localidad, de nuestro pueblo Tragacete, amparados con banderas carlistas, asaltaron el correo ordinario de la empresa de Diligencias Reales que seguía la ruta Teruel-Madrid. Escondidos en el Vallejo de Peñarrubia, en la Sierra del Maestrazgo, esperaron la llegada de la diligencia, y por la fuerza, con armas de fuego, se llevaron las cajas y el cofre.
La Guardia Civil, recién creada en 1844 por el duque de Ahumada, tenía puesto en Cañete. Su comandante, Constantino Delatre, mandó al cabo Manuel Cabanilla del segundo escuadrón, y al guardia Mamerto Fernández, para realizar las pesquisas en Tragacete, donde localizaron a los bandidos, a los que persiguieron por las calles disparando sus mosquetes. Gracias al apoyo de la vecindad lograron capturar a uno de ellos, huyendo los demás en dirección a Teruel.
La cuarta compañía de Landete, con el cabo Fermín Buzo y el guardia Juan Lozano a la cabeza, localizaron a los fugitivos y consiguieron, en plena refriega, herir a uno de los fugados, matando a los otros dos, lo que puso fin al bandidaje de la comarca, generado por la revuelta carlista.
viernes, 13 de junio de 2025
La Cruz Roja en Tragacete
El puesto estaba situado en la polifacética casa de Don Casildo, donde actualmente está ubicada la Asociación de Jubilados. Allí tenían las literas, cocina y servicio, muy básico pero fundamental, sobre todo para los que venían de otros pueblos.

