miércoles, 22 de octubre de 2025

LA SOLEDAD

 








Al llegar estas fechas resulta inevitable que acuda a mi mente la frase:
"¡Qué solos se quedan los muertos!", del poema de Gustavo Adolfo Bécquer, que explora la soledad y el silencio de la muerte, algo ineludible por otra parte.
Partiendo de esta triste reflexión se me ocurre otra aún más dolorosa, estar solo estando vivo: ¡qué solos se quedan los viejos!, como algo lejano y pensando que nosotros no vamos a llegar a ello. 
Los visitamos, los cuidamos, los tenemos en casa; otras veces los llevamos a lugares donde creemos que estarán mejor cuidados, siempre intentando acallar nuestra conciencia, sin darnos cuenta que son personas que siendo conscientes, o tal vez inconscientes, con diferente forma de entender el cuerpo, sin fuerza pero con un corazón joven que quiere y no puede hacer lo mismo que años atrás.
Procuremos que no exista esa soledad, aunque repitan una y mil veces lo mismo. Escuchemos y que no sientan esa terrible sensación, y si llegan o llegamos a no conocer a nuestros seres cercanos y queridos, que la otra parte siempre sepa quiénes somos.
Que extrañar a los muertos nos vuelva conscientes de cuidar y valorar a los vivos.
   

viernes, 26 de septiembre de 2025

LAS PEÑAS


 







A las seis de la tarde, con el volteo de campanas y la traca inicial, comienzan los festejos. A las siete el pregón, este año con los chicos de la Asociación Juvenil en el balcón del Ayuntamiento. Abajo, escuchando, la gente del lugar y sobre todo una explosión de colores con las camisetas de las diferentes peñas.
Las peñas, el alma de la fiesta, las que están y las que se recuerdan en el tiempo con añoranza:
La primera que se formó fue la de San Miguel, durante muchos años y muchas fiestas, de ella sólo queda el recuerdo de lo que fue. Sus miembros por edad, por circunstancias, por lo que fuera, decidieron no seguir; Los Malotes, también desaparecida cuando uno de sus componentes falleció; otra femenina, Las Bolinguetas que duró poco.
Las actuales:
Los Judas, Los Taitantos, Los Bacanales, Los BO2, Anda que tuuu, Los Rayaos, la que nunca cierra Los Revolcaos, Los Waltrapas, Los Kamikaces, Los Trankas
Tragacete I.P.T.Las Parrandas, Los Colgaos y muchos otros que no recuerdo.
Todas ellas tienen una sede, normalmente alguna cuadra, en la que hacen vida familiar durante toda la fiesta: comen, beben, bailan y admiten a tomar una copa a cualquier persona que pase por allí.
En un principio, quizá fue por ahorrarse unos dinerillos en los bares, ahora no es así, aunque posiblemente también, durante los días que dura la fiesta disfrutan con la familia de peña que han elegido.
Para los que no tienen peña y tienen que soportar el ruido que hacen con su música, un poco de tolerancia y de paciencia, son cuatro días, y el pueblo está lleno de vida, luego llega de golpe el silencio.
Sin el colorido de las diferentes camisetas, la fiesta estaría más triste y seria. El día del Santo Patrón son los encargados de sacar a hombros a San Miguel, y de homenajear a los difuntos que desde el último San Miguel nos han dejado.
Felicidades a todas las peñas, perdón por las que no he nombrado por desconocimiento, y sobre todo felicitar a Los BO2 por su 25 aniversario, que no está nada mal.

¡FELICES FIESTAS!
¡VIVA TRAGACETE!
¡VIVAN LAS PEÑAS!
¡VIVA SAN MIGUEL!

sábado, 13 de septiembre de 2025

TRAGACETE “Un pueblo que baila - Año 1956”

En alguna ocasión he hablado del grupo folklórico que representó a Tragacete en importantes concursos. Ahora, gracias a la generosidad de Ángel Luis Adán de la Hoz, ha llegado a mis manos la revista Gaceta Ilustrada, donde queda reflejada la importancia que tuvo el grupo y la publicidad que le dio al pueblo.
La crónica, nada más y nada menos, de la mano de Federico Muelas, Cronista de Cuenca y poeta por excelencia, comienza haciendo una descripción del pueblo: 
“Tragacete, en el cogollo de la Serranía de Cuenca, es un pueblo desparramado, de plazas extensas y calles, que de tan anchas, casi no lo son. Difiere de la imagen habitual en los pueblecitos serranos: casas acurrucadas a la sombra tutelar de la Iglesia. En Tragacete hay muros viejísimos recubiertos de líquenes secos, y otros con el blanco reciente de la cal viva. Solanas donde los viejos cuentan historias perdidas en el tiempo y “cafés” con noticias recientes del mundo actual que ha traído a este rincón el grupo vencedor en el concurso folklórico de Italia.” 

En el año 1956 esta es la descripción que Federico Muelas hace de nuestro pueblo. Nos habla del entonces alcalde Valentín Sevilla, al que por edad sitúa entre los jóvenes y los viejos, y que por ello anima a los unos y escucha a los otros, para que los antiquísimos ritmos y canciones que recuerdan los mayores sean los jóvenes veinteañeros quienes los representen fuera de nuestro país, y que así a nuestro pueblo vengan gentes de toda España. Desde este punto de vista lo podríamos considerar pionero en cuanto a la apertura turística como más tarde iremos observando.

También nos habla ya de la importancia de la caza, de la destreza de hombres cazando corzos o jabalíes, y cómo los más viejos cuentan tiempos en los que se cazaban osos, de ahí que la toponimia hable de parajes como “El rincón de los corzos”, la “Umbría del oso”, o “Las Jabaleras”. Nos habla de la limpidez y hermosura de los ríos y pinares del Júcar, del Tajo y del Cuervo, para terminar diciendo que en un plazo breve, las primeras escopetas de España se reunirán aquí, en uno de los cotos más extensos y bellos del país, y para ello se ha construido un Parador de recia y cómoda arquitectura, en el que sólo faltan por levantar las construcciones que exige la montería: cuadras, perreras y capilla, aunque al parecer con discrepancias al hallarse cercana la Iglesia con San Miguel como patrón, peleador que no va nada mal como protector de cazadores. 

Y todo esto dice Federico a doscientos kilómetros de Madrid. El Parador al que se refiere sería conocido como Hotel La Trucha, con gran prestigio durante muchos años como referente de un pueblo que miraba al futuro con esperanza de progreso, con una fuerte decadencia a finales del siglo pasado.


En la actualidad no tiene la función para la que se creó, y después de muchos años de “abandono” se ha reabierto ahora como sede de La Fundación Los Maestros, dándole un uso cultural, y que de alguna manera pueda seguir representando al pueblo como edificio emblemático y de progreso.

Todo esto es el preludio para contar el éxito del Grupo de Danzas de la Cofradía de San Miguel, haciendo descripciones sobre la naturaleza del tiempo fresco de la sierra, como sólo un grande como Federico Muelas sabe hacer, situando en fechas la antevíspera de la fiesta, en plena Feria abierta, una semana anterior a las fiestas patronales, y la gente de limpio que para eso eran fechas importantes.

Mientras se espera a los danzantes, sitúa el lugar en la plaza frente a la galería y la portalada, ya que parece ser que anteriormente, la entrada al Ayuntamiento tenía unos soportales; sin olvidarse de la Fuente de los Doce Caños, que los describe como “doce chorros de agua pura”.

Los hombres van llegando por grupos, algunos estaban en el campo, que era su medio de vida, la danza era afición y señala “hubo que enviar a buscarlos”, y vienen terminándose de ajustar la vestimenta.


Las mujeres aparecen todas juntas, sonríen y saludan, comprobando que no falte un detalle en el atuendo: mantellina de lentejuelas, bordado delantal, rizada bocamanga. Al saludar cogen con ambas manos las sayas que ahuecan tres pares de enaguas, inclinándose.
Entran los músicos, el más anciano del Grupo el tío Mariano, 83 años, dice que nunca estuvo malo, “una vez tuve unas calenturillas”, su apellido celtibérico Aliaga Cardo, es amable, hablador, con repunte irónico, su hijo con 50 años es quien toca los platillos.
Comienzan con “Las Torrás”, sin la res que da nombre a esta danza y que al parecer antes se bailaba alrededor de ella ininterrumpidamente hasta que estaba asada y torrada, de ahí el nombre.
Danza ancestral con la que se celebraban los triunfos cristianos frente a los árabes, y que demostraba la resistencia de los bailadores para seleccionar futuros guerreros. Federico describe la danza como monótona y fuerte, de variadas figuras, al cerrar los ojos y oír el sonido de los platillos puede asemejar el choque de espadas.

Tanto las seguidillas como la jota son propias del lugar, no tienen demasiado parecido con las de otros lugares. Las seguidillas con un ritmo endemoniado, la jota más bien lenta. En las seguidillas los bailadores se persiguen, en la jota se cortejan.
Los danzantes bailan sin descanso ante un público que sabe más que los jurados nacionales e internacionales, su pueblo, que exige individualmente a cada uno todo lo que pueda dar, el máximo. Bailan a pesar del suelo de tierra llevando en volandas la música.
Los comentarios de alrededor de la fuente:
“─Que no se diga Remedios, que el pie se vuelve de plomo cuando se pasan los veinte.”
Federico nos habla de cómo volvieron triunfantes muchachos con alas en los pies, y cuan difícil es revalidar ese título ante los propios, aunque a mí me consta lo orgulloso que el pueblo estaba y sigue estando de aquel Grupo de jóvenes y no tan jóvenes que regresaron con ese título y ese honor.
Termina haciendo una comparativa con Julián Romero, que cuatro siglos atrás salía de la Venta de su padre Juan Romero. Julián, el de las Hazañas, la mejor pica de Flandes, pero le faltó la hazaña mejor, revalidar ante los suyos el título que le había otorgado el mundo.
Federico ya no ha sido testigo, al final Julián Romero ha sido revalidado y con honores en su pueblo Huélamo. Con gran reconocimiento todos los años se celebran unas jornadas en su honor. Al final todo es cuestión de tiempo.
Para ilustrar este relato, os dejo fotos de la época. Una vez más demostrar mi agradecimiento a Ángel Luis Adán de la Hoz, por proporcionarme tan valiosa información. Espero que os guste.
 
¡Felices Fiestas!
¡Viva San Miguel!

sábado, 2 de agosto de 2025

LOS VIEJOS CACHARROS

Estas fotografías representan un viaje al pasado.
Una panera de madera


de cuando se amasaba el pan en casa y se llevaba al horno a cocer. 

La fuente, el bol, y la cafetera de porcelana



la lechera de metal



herencias de otra época, de los abuelos.

Y el sello metálico 


que servía para grabar las iniciales en la masa del pan, y que al introducirlo en el horno no se confundiera con el de otra persona. Cada uno amasaba el suyo, y como es lógico, nadie quería comerse el pan de otro.

Son utensilios pasados que ya no utilizamos, y sin embargo guardamos como un tesoro, y al hacer limpieza salen y nos recuerdan el paso del tiempo.

Cuántas veces los habrán usado nuestro ancestros, y a la mayoría nos parece algo fuera de lugar, o anacrónico, aunque de alguna manera parece que un hilo invisible nos arrastra y nos ata a ellos.

Podemos pensar que sólo a los animales se les marca con una señal en el lomo para distinguirlo del animal de otro rebaño, pues no; el pan y los bollos hechos en casa y cocidos en el horno también.

Buscad por casa, seguro que también tenéis alguno de estos viejos cacharros.

¡FELIZ VERANO!

¡DISFRUTAD!

domingo, 27 de julio de 2025

JUEGOS POPULARES: XVII CIRCUÍTO DIPUTACIÓN DE BOLOS “SERRANÍA DE CUENCA”


Ayer día 26 tuvo lugar en el Parque del Coto de Tragacete, una de las pruebas de Bolos organizadas por la Diputación de Cuenca, en esta decimoséptima edición en la que por primera vez participa nuestro pueblo, que alcanzó un honorable segundo puesto. 
Con gran afluencia de público, tanto local como de otras localidades se disputó la prueba. Después de una reñida lucha en la que los tres primeros equipos tuvieron que desempatar, quedó la clasificación de la siguiente manera:

1º UÑA 45 bolos

2º TRAGACETE 45

3º VALDEMORO SIERRA 45

4º BUENACHE DE LA SIERRA 44

5º BEAMUD 42

6º ZARZUELA 41

7º CAÑADA DEL HOYO 41

8º LA CIERVA 41

9º PORTILLA 38

10º CUENCA 36


Lo importante, como se suele decir, no es la clasificación, es más un motivo para celebrar un festejo popular, ya que una vez finalizada la competición, los participantes con los acompañantes disfrutaron de un merecido aperitivo.
El campeonato que lleva ya cinco de las diez pruebas programadas, se ha celebrado por primera vez en Tragacete. Cada vez lo organiza una de las localidades participantes, continuará en Cuenca, el próximo sábado, finalizando en Portilla el próximo 13 de septiembre. 

lunes, 30 de junio de 2025

BANDIDOS CARLISTAS EN TRAGACETE

Diligencia siglo XIX
Siempre se han tenido las Sierras de nuestro país como refugio de salteadores y bandoleros por su condición agreste y salvaje; los más famosos en Sierra Morena, aunque en nuestra provincia tenemos el Bandido del Pico de Ranera, o, en tiempos más recientes, el manco de la Pesquera.
Nuestra Sierra de Tragacete, fue también en pleno siglo XIX, cuna y refugio de bandidos. Era una época en la que se aprovecharon del conflicto monárquico entre los seguidores de la Reina Isabel II, hija de la cuarta mujer de Fernando VII, defensora del liberalismo frente a las tropas de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, defensor de la monarquía tradicional, que tenía por bandera el lema Dios, Patria y Rey.
La II Guerra Carlista abarcó un período de cuatro años de 1846 a 1849, fue la continuación de la I Guerra Carlista de 1833 a 1840, tras la muerte de Fernando VII.
Corría el año de 1847, cuando cuatro vecinos de la localidad, de nuestro pueblo Tragacete, amparados con banderas carlistas, asaltaron el correo ordinario de la empresa de Diligencias Reales que seguía la ruta Teruel-Madrid. Escondidos en el Vallejo de Peñarrubia, en la Sierra del Maestrazgo, esperaron la llegada de la diligencia, y por la fuerza, con armas de fuego, se llevaron las cajas y el cofre.
La Guardia Civil, recién creada en 1844 por el duque de Ahumada, tenía puesto en Cañete. Su comandante, Constantino Delatre, mandó al cabo Manuel Cabanilla del segundo escuadrón, y al guardia Mamerto Fernández, para realizar las pesquisas en Tragacete, donde localizaron a los bandidos, a los que persiguieron por las calles disparando sus mosquetes. Gracias al apoyo de la vecindad lograron capturar a uno de ellos, huyendo los demás en dirección a Teruel.
La cuarta compañía de Landete, con el cabo Fermín Buzo y el guardia Juan Lozano a la cabeza, localizaron a los fugitivos y consiguieron, en plena refriega, herir a uno de los fugados, matando a los otros dos, lo que puso fin al bandidaje de la comarca, generado por la revuelta carlista.
Fte: Pueblos y paisajes (Miguel Romero)

viernes, 13 de junio de 2025

La Cruz Roja en Tragacete

Nunca se sabe si existen las casualidades, las causalidades o el destino es caprichoso.
En la década de los 80 hubo en Tragacete un puesto de Cruz Roja donde  se podía hacer la mili voluntaria. Esto era común en los años 70 y 80 que muchos jóvenes hicieran el servicio militar como voluntarios en este cuerpo.
En el año 1973 se firmó un convenio entre el Ejército y la Cruz Roja Española necesitada de voluntarios. De esta forma se permitía hacer la mili cerca de casa a jóvenes de zonas rurales donde existían dispersos puestos de socorro. Para acceder a ese puesto primero se hacía el CIR y se juraba bandera.


El puesto estaba situado en la polifacética casa de Don Casildo, donde actualmente está ubicada la Asociación de Jubilados. Allí tenían las literas, cocina y servicio, muy básico pero fundamental, sobre todo para los que venían de otros pueblos.
Al lado de la gasolinera había una especie de contenedor que era el puesto de Cruz Roja. Cuando no existía el transporte en ambulancia como existe en la actualidad, los encargados del transporte de enfermos y accidentados eran los chicos que estaban allí haciendo la mili.
El tiempo de milicia era unos meses más largo que la mili por reemplazo aunque con la ventaja de estar al lado de casa. No sólo fueron chicos de nuestro pueblo, también de otros pueblos cercanos, los que eligieron esta modalidad.
En aquellos tiempos Cruz Roja ya repartía alimentos a las familias que el presidente consideraba necesitadas. Por aquel entonces creo que el presidente fue el guarda forestal Julio Mondaray. 
Creo recordar que la ambulancia que estaba destinada para la Serranía era un todo terreno, preparado para tal fin por las condiciones duras de los inviernos serranos. Nada que ver con todo lo que hemos avanzado en la actualidad.
Hablaba al principio de los caprichos del destino. Muchísimos inviernos después llega a nuestro pueblo un nuevo vecino: Raúl Felipe, un señor que por su trabajo y compromiso con Cruz Roja (también es cierto que esta nueva Cruz Roja poco o nada tiene que ver con aquella que empezó) ha creado Tragacete en Acción, un grupo que intenta que la conciliación y la concordia sea una máxima entre vecinos. Podemos pensar diferente pero el amor por nuestro pueblo nos hace luchar por él. Convivencias con otros pueblos, apoyo a personas vulnerables, acercar las tecnologías a los más mayores, actividades entre vecinos para fomentar la socialización, etc. Estas y otras iniciativas que se están llevando a cabo en Tragacete son un impulso para la zona, para que se nos conozca, no solo a nosotros, sino a todos los pueblos, la vida rural existe y hay que reivindicarla, no sólo se trata de reuniones y de hablar de despoblación en los despachos, hay que tomar medidas más efectivas.
A Raúl, nuestro nuevo vecino, muchas gracias por comprometerse en la dinamización del pueblo.

(Si hay alguien que conserve alguna foto del puesto y quiere compartirla, la pondré como ilustración del relato)