martes, 16 de mayo de 2023

LA FAENA DE ENJALBEGAR


  







  
  


Cuando nuestras fachadas necesitan pintura, el dueño se ocupa de  pintar. Antiguamente todas las casas eran de piedra, y el encargado de enjalbegar las fachadas era el Ayuntamiento. Con la llegada del buen tiempo se procedía con cal a la desinfección y blanqueo pasando por todas y cada una de las calles. 
Cesáreo Molina, que fue durante muchos años funcionario de este Ayto., junto a otros operarios contratados tenían por ocupación esta labor. En unos bidones enormes mezclaban la cal y el agua, y con una larga manguera encalaban las casas. 
El día anterior se pregonaba las calles por donde iban a pasar para que tapasen ventanas y rejas. Como las mujeres tenemos tendencia a quejarnos de cómo se hacen las cosas, había mujeres que protestaban por lo mal que había quedado su fachada. Casi siempre eran las mismas. 
Una mañana que tocaba el blanqueo de la calle de una de estas protestonas, Molina dijo: 
─Vamos a pintar a primera hora, antes que se levante y así no protesta. 
Pero no se libraron, fue a buscarlos a la siguiente calle y allí en cuanto la vio Molina le dijo: 
─Tía fulana, creía que nos habíamos librao de la bronca. 
─Pues no hermosos –contestó la señora–, digo que no habéis enjalbegao bien mas que mi chaquetón. 
Como las ventanas de los pajares sólo tenían el hueco, parece ser que la señora tenía el chaquetón colgado en el pajar, y al meter la manguera por el hueco, le salpicó.
También con la llegada del buen tiempo, las mujeres descosían los colchones, sacaban la lana, la lavaban, la secaban y la cardaban, para a continuación meterla de nuevo en el colchón, quedando útil hasta el siguiente año.


Hasta la llegada de los colchones de espuma cortada y más tarde de espuma entera, todos eran de lana, o incluso de paja que se llamaban jergones. Las mujeres tenían una gran habilidad para dejar las camas cuadradas, después de haberles dado unos cuantos meneos las dejaban de una sola pieza. Yo nunca adquirí esa especial habilidad, cuanto más intentaba ahuecarla más bullones le salían. 
Nos queda en la memoria todas aquellas personas que trabajaban para limpiar y embellecer las fachadas de nuestro pueblo.

¡Un recuerdo para todos ellos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario