Cuando nuestras fachadas necesitan pintura, el dueño se ocupa de pintar. Antiguamente todas las casas eran de
piedra, y el encargado de enjalbegar las fachadas era el Ayuntamiento. Con la
llegada del buen tiempo se procedía con cal a la desinfección y blanqueo
pasando por todas y cada una de las calles.
Cesáreo Molina, que fue durante muchos años funcionario de este
Ayto., junto a otros operarios contratados tenían por ocupación esta labor. En
unos bidones enormes mezclaban la cal y el agua, y con una larga manguera encalaban
las casas.
El día anterior se pregonaba las calles por donde iban a pasar
para que tapasen ventanas y rejas. Como las mujeres tenemos tendencia a
quejarnos de cómo se hacen las cosas, había mujeres que protestaban por lo mal
que había quedado su fachada. Casi siempre eran las mismas.
Una mañana que tocaba el blanqueo de la calle de una de estas
protestonas, Molina dijo:
─Vamos a pintar a primera hora, antes que se levante y así no
protesta.
Pero no se libraron, fue a buscarlos a la siguiente calle y allí en
cuanto la vio Molina le dijo:
─Tía fulana, creía que nos habíamos librao de la bronca.
─Pues no hermosos –contestó la señora–, digo que no habéis
enjalbegao bien mas que mi chaquetón.
Como las ventanas de los pajares sólo tenían el hueco, parece ser
que la señora tenía el chaquetón colgado en el pajar, y al meter la manguera
por el hueco, le salpicó.
También con la llegada del buen tiempo, las mujeres descosían los
colchones, sacaban la lana, la lavaban, la secaban y la cardaban, para a continuación
meterla de nuevo en el colchón, quedando útil hasta el siguiente año.
Hasta la llegada de los colchones de espuma cortada y más tarde de
espuma entera, todos eran de lana, o incluso de paja que se llamaban jergones.
Las mujeres tenían una gran habilidad para dejar las camas cuadradas, después
de haberles dado unos cuantos meneos las dejaban de una sola pieza. Yo nunca
adquirí esa especial habilidad, cuanto más intentaba ahuecarla más bullones le
salían.
Nos queda en la memoria todas aquellas personas que trabajaban
para limpiar y embellecer las fachadas de nuestro pueblo.
¡Un recuerdo para todos ellos!