jueves, 8 de septiembre de 2022

EL PREGONERO

 

Pregonero de un pueblo de Cuenca. Foto: Antonio Texeda.










EL PREGONERO
Todos los viernes del año tenemos mercadillo.
Es el día establecido para que planten sus puestos los vendedores ambulantes con sus productos: ropa, comida, fruta, etc.
Antes, como no existía día fijo, el encargado de comunicar al pueblo la llegada de un comerciante era el Pregonero, figura ya extinta en nuestro pueblo y probablemente en la mayoría del territorio español.
El Pregonero que yo conocí se llamaba Policarpo. Antes de él he oído que había otro llamado Sinforiano, aunque no estoy segura del nombre.
Policarpo iba con una especie de trompetilla haciéndola sonar por los diferentes puntos del pueblo, anunciando la llegada de cualquier comerciante:
“Acaba de llegar Yebra..., un señor con melones..., la Sabina...,
naranjas, cerdos, etcétera,” cualquier día de la semana, incluso cada día y como no había sitio fijo se ponían en la Plaza.
También hacía sonar la “pita” cuando había alguna ordenanza del Ayuntamiento:
“De orden del Señor Alcalde..., se hace saber...”
Y según el número de pitidos, uno o dos para venta ambulante y tres para ordenanza municipal, este último para que la gente prestara más atención, como la llegada del cobrador de impuestos, entonces se decía “el hombre de la contribución”, las vacunas de los perros, el cobrador de la luz, etc.
Las domiciliaciones no existían, todo se pagaba en mano.
Alguna vez, comentando con sus hijos, me contaban la rabia que le daba cuando al acabar de pregonar salía alguna mujer a la calle y le preguntaba:
─Policarpo ¿qué pregonas?
Sirva como reconocimiento a la figura del Pregonero, que cumplía una labor de comunicación con todos los vecinos, para anunciar las novedades de cada momento, sobre todo a Policarpo, el último Pregonero de Tragacete.

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