martes, 15 de febrero de 2022

CARNAVALES

Carnavales










Es una fiesta popular que se celebra los tres días anteriores al miércoles de ceniza, con disfraces, bailes, comparsas, etc.
Durante muchos años los carnavales han estado prohibidos, por precaución, para que no se cometieran actos violentos, amparándose bajo un disfraz.
Ese período de prohibición engloba mi infancia, por lo tanto, no tengo recuerdos.
En Tragacete, desde hace ya bastantes años, son los niños del colegio los que llevan a cabo alguna actividad y celebran el entierro de la sardina. También, una vez más, la Asociación de Mujeres obsequia a los asistentes con su sabroso chocolate.
Mis mayores sí que me han contado, que en su época la gente se disfrazaba, y daba mucho miedo ver a los "mascaritos".
A propósito de miedo:
Todo pueblo y casa solariega que se precie tiene un fantasma, y el nuestro no iba a ser menos.
Dicen que la casa de Don Casildo tiene uno, que se oyen ruidos extraños por la noche..., que las cosas, por sí solas, cambian de lugar..., etc.
Algunos aseguran haberlo visto vagar por la galería, con forma de señora vestida con un sayo blanco  y un niño en brazos.
Otros, que han percibido un fuerte grito, en sus oídos, sin haber nadie, también cerrarse las puertas sin hacer aire, con un enorme golpe y quedar fuertemente encajadas como si una fuerza superior lo hubiese hecho.
Siendo cliente habitual de la biblioteca jamás he notado nada, pero..., quién soy yo para juzgar lo que han sentido los demás.
Esta historia no es única, hace muchos años contaban que por el pueblo había uno y que salía por las noches, la "pantasma" lo llamaban. Vagaba por las calles del pueblo tapado con una sábana blanca, y rezaba de rodillas bajo las ventanas de las casas.
Cuentan que en uno de esos rezos, una señora que estaba criando, al oír el ruido, se asomó por la ventana de su cocina. El susto al ver la "pantasma" y oírlo rezar, fue tan grande que se le retiró la leche.
Otra noche lo vieron unos mozos cuando salían  del bar, y envalentonados salieron tras él. Este, al verse perseguido, se encaminó por mitad de las huertas hacia el cementerio. Como no dejaban de seguirle, se dio la vuelta, y empezó a llamarlos con la mano. Los perseguidores también pararon, y al verse llamados, empezaron a correr, pero..., esta vez en dirección al pueblo.
La "pantasma"















¡Qué malo es el miedo!, a esto hay que añadir que no habría luz en las calles, lo cual hace que sea todavía más siniestro.
¿Verdad o mentira?, ¿leyenda o realidad? 
Quizá, cuentos de vieja contados a la luz de la lumbre en los largos días de invierno.
¡¡Feliz Carnaval!!    

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