viernes, 29 de noviembre de 2024

DE LA TABERNA AL BAR - AÑO 1954

Estos tres anuncios rezan como negocios de "entretenimiento" el año 1954.
El primero estaría situado entre el actual "Bar el Vasallo", y el rincón del Ayuntamiento, más conocido como el bar de la "Mañica", por ser Vicenta oriunda de algún pueblo de Aragón. El Bar Nacional, dice el anuncio que tenía calefacción, imagino que sería alguna estufa de leña, aunque contaban que siempre estaba apagada, y lo de Orquestina escapa a mi entendimiento, a menos que tuviera actuaciones con músicos locales. Yo sólo recuerdo que donde estuvo ese bar, al final criaban conejos, pasando años después a oficina de la Caja de Ahorros Provincial.
El segundo, más conocido como bar de "Conejo" que años más tarde pasó a ser el Bar Avenida, estaba en la Huesera, al lado de la Iglesia. Una vez dentro del bar, había que bajar unas escaleras y pasabas a lo que era  la discoteca de la época, el baile. A continuación de la sala de baile, donde las parejas tenían un poco de intimidad, salías a un patio donde estaba el servicio, que en aquella época era una letrina, un agujero en el suelo con un lugar para poner los pies.
Y el tercero, más conocido como el bar de "La Herrera", sin estar del todo segura, lo situaría donde actualmente está "El Gamo".
Eran negocios que a duras penas sostenían a sus familiares. Bares o tabernas en los que servían chatos de vino y café de puchero, aguardiente alcarreño, y quizá algún coñac.
En la plaza, estaba el Bar de Ciriaco, más conocido como el de Los Angeluchos, que lo llevaba el propio Ciriaco, junto a su mujer Isabel y sus hijos. Cuando estos se marcharon a otra población lo alquilaron, pasando a ser Bar La Chispa, durante diferentes generaciones hasta nuestros días. 
Conejo también se fue a la capital, y el bar Avenida empezó a llevarlo Jesús El Pájaro y su mujer Mari. Cuando Jesús abrió su propio negocio, el "Serranía", hizo una pequeña incursión en el bar Avenida Raimundo Aguilar (Apo), pronto trastocada por la mili. Luego Conejo vendió la casa donde estaba ubicado el bar y lo llevó también poco tiempo Miguel Mondaray, siendo Isidora y Pedro las últimas personas en llevar dicho bar antes de su cierre definitivo.
También en la plaza estaba el Bar Yuste, o de Heliodoro, que junto a Elena, su mujer lo estuvieron llevando hasta su marcha a la ciudad, alquilándoselo a Angelines "La Berrías" y sus hermanos, por lo que pasó a llamarse Bar Tres Hermanos. Pasados unos años lo traspasaron a Paula y su familia, continuando con el mismo nombre, pero conocido como Bar de La Paula, nombre que todavía hoy perdura. Muchos años más tarde Rocío y Miguel Ángel, le cambian el nombre a Bar Don Tercio, y lo llevan hasta su traspaso a Patri que lo llama Bar La Gaditana. Actualmente en traspaso, o traspasado ya, quizá, y en espera de nombre, quién sabe si vuelve al nombre original.
Los bares de la plaza, son los que han soportado las embestidas del destino, sin llegar a cerrar del todo.
Años más tarde abrió el Bar San Miguel, o Bar de Molina, con una terraza estupenda, que fue todo un acontecimiento, si lo comparabas con los bares de la plaza que se habían detenido en el tiempo. ¿Quién no recuerda las partidas de billar en el Bar de Molina, o las de futbolín en el Pub CUA?
El Bar San Miguel permaneció abierto hasta la jubilación de sus dueños, ya que la familia decidió no continuar con el negocio.
El Bar El Olmo, o Bar de Cayo, también estuvo en funcionamiento hasta cambiar el negocio al Hostal San Antonio. 
El Coto, bar de La Conchi, regentado por ella desde sus inicios.
El último en abrir, El Vasallo, en la plaza, al lado del que fue en su día El Gran Café Bar Nacional.
Los bares desde siempre han sido lugar de encuentro de los vecinos, como manera de socializar y hacer tratos. En aquellos bares del año 1954 no tenían cabida las mujeres. Los hombres iban a echar la partida y pasar un rato de esparcimiento. Más tarde con la llegada de la televisión, las mujeres empezaron a entrar para ver las corridas de toros. Era un gran acontecimiento el día que había toros, hasta los trabajadores del monte trabajaban a destajo para ver la corrida. Cuentan que en alguno de aquellos bares había que llevar un leño para ver la televisión.
Recuerdo todas las tardes ir al Bar Yuste a ver a Los Peques de la Familia Telerín cuando se iban a la cama, antes de que hubiera televisión en mi casa. También recuerdo tomar algún choleck de vainilla, chocolate o fresa, o los primeros helados que fabricaba Heliodoro de manera artesanal, poniendo un palillo en las cubiteras con choleck, que chupábamos quedando al final el cubito de hielo. ¡Qué buenos estaban! Más tarde llegaron los cucuruchos pequeños que se rellenaban con sacabolas, como actualmente en las heladerías.
Los bares siguen siendo lugar de encuentro, afortunadamente sin discriminación de sexos. Las bebidas, de todo tipo, el café de cafetera, cerveza; ya no se chatea, bueno sí, pero de diferente manera, a través del teléfono móvil.
Cuando en el año 1973 se rodó el capítulo Quince toneladas de madera y una mujer, de la serie Los Camioneros, también fueron importantes los bares, hay una escena en el Bar Tres Hermanos, y otra en el Bar Avenida donde aparecen echando la partida el médico (el actor Luis Induni), don Eugenio Mialdea (párroco del pueblo), Jesús Martínez y el suegro de Molina, que creo recordar se llamaba Domingo González, cuando Sancho Gracia llega buscando al médico.

Escena de los Camioneros

En la época de mayor actividad han llegado a coincidir hasta 9 ó 10 establecimientos de entretenimiento entre bares propiamente dichos y bares dentro de fondas y restaurantes, pero estos serán para otro escrito.
Probablemente haya habido algún bar anterior del que a veces he oído hablar, pero al no tener datos constatados, no me atrevo a referir su historia. 
En todas las épocas, los dueños o regentes han intentado dar un buen servicio al pueblo, aunque no siempre resulta tarea fácil, como tampoco lo es aguantarnos como clientes.
Enhorabuena a todos los bares que han logrado sobrevivir; suerte para los que inician ahora su aventura. Los que cerraron, siempre estarán en nuestro recuerdo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario