Todos los pueblos tienen dos patrones, en el nuestro son San Miguel y San Juan.
San Juan se celebra el 24 de junio. Antiguamente eran los quintos los encargados de organizar una fiesta con un pino y una cucaña que les regalaba el Ayuntamiento, cuando la madera tenía valor como para preparar una fiesta.
El día de la víspera colocaban la cucaña en alguna plaza del pueblo. Durante algunos años estuvo en la plaza de la fuente de los doce caños, al lado del trinquete. Al día siguiente intentaban trepar por la cucaña los más atrevidos, y el que conseguía llegar arriba se llevaba un jamón.
La noche de San Juan los mozos ponían una "enramá" en la fuente de los dos caños, y un arco de rosas en la puerta de la iglesia, bajo el que pasaba, al día siguiente, el santo en procesión.
Esa misma noche los quintos, acompañados de otros mozos, también colocaban "enramás" o ramos de rosas en los balcones y ventanas de las mozas casaderas. Las menos favorecidas, por carácter u otras circunstancias, eran obsequiadas con una "sarta" de huesos, costumbre bastante cruel para la moza desafortunada.
Las mozas a su vez, tenían la tradición de subir al humilladero de San Antonio, para ver la "Rueda de Santa Catalina", que se ve ese día a la salida del sol, y a lavarse la cara con agua del caz, que durante esa madrugada se supone que adquiere unas propiedades estupendas para la piel, proporcionando belleza y tersura. Las mozas le pedían a San Antonio un buen mozo que las llevara al altar.
No puedo dar fe, nunca he sido capaz de levantarme de madrugada para lavarme la cara.
Las tradiciones van desapareciendo y los quintos, que lo son por edad y no por llamamiento a filas, ya que la mili obligatoria desapareció, siguen manteniendo la costumbre de la "enramá" en la fuente de los dos caños y la colocación de la cucaña en la plaza del pueblo. Aunque ahora esos quintos son los jóvenes de ambos sexos de la Asociación Juvenil de San Miguel Arcángel, que desde su creación recuperaron esta tradición y se encargan de organizar la verbena.
En otros pueblos eso de pedir un buen novio no siempre se le pedía a San Antonio. Voy a contar una anécdota que aunque no se refiera a Tragacete resulta bastante ocurrente. No conozco el pueblo en el que una señora se acercó, con esta coplilla, a pedir un buen mozo para su hija:
San Cristobalito
patitas, manitas
cara de rosa
dame un novio
pa' mi hija
que la tengo moza.
El santo oyó la plegaria y se lo concedió. Al poco tiempo la mujer volvió a ver al santo y le dijo así:
San Cristobalón
patazas, manazas
cara de cuerno
que lo mismo
que tienes la cara
me diste al yerno.
Parece ser que la señora no quedó muy contenta con el mozo que le había tocado a su hija.
Espero que os guste.
¡FELIZ SAN JUAN!