miércoles, 22 de octubre de 2025

LA SOLEDAD

 








Al llegar estas fechas resulta inevitable que acuda a mi mente la frase:
"¡Qué solos se quedan los muertos!", del poema de Gustavo Adolfo Bécquer, que explora la soledad y el silencio de la muerte, algo ineludible por otra parte.
Partiendo de esta triste reflexión se me ocurre otra aún más dolorosa, estar solo estando vivo: ¡qué solos se quedan los viejos!, como algo lejano y pensando que nosotros no vamos a llegar a ello. 
Los visitamos, los cuidamos, los tenemos en casa; otras veces los llevamos a lugares donde creemos que estarán mejor cuidados, siempre intentando acallar nuestra conciencia, sin darnos cuenta que son personas que siendo conscientes, o tal vez inconscientes, con diferente forma de entender el cuerpo, sin fuerza pero con un corazón joven que quiere y no puede hacer lo mismo que años atrás.
Procuremos que no exista esa soledad, aunque repitan una y mil veces lo mismo. Escuchemos y que no sientan esa terrible sensación, y si llegan o llegamos a no conocer a nuestros seres cercanos y queridos, que la otra parte siempre sepa quiénes somos.
Que extrañar a los muertos nos vuelva conscientes de cuidar y valorar a los vivos.