viernes, 10 de diciembre de 2021

LA NAVIDAD











Para los cristianos tiempo de alegría por el Nacimiento del Niño Jesús, y veneramos ese día con la asistencia a la misa del Gallo.
La parte lúdica de la Navidad corresponde a las celebraciones con familiares y amigos.
Desde que yo recuerdo, todos los años, para estas fechas, los hijos vuelven a casa por Navidad, como en el anuncio. Como los abuelos van desapareciendo, cada uno crea su propia familia, y los lugares de reunión van cambiando.
En otros tiempos, en Tragacete, además de las cenas y encuentros familiares, existía la costumbre de celebrar los Santos Inocentes el día 28 de Diciembre. Los mozos pedían por las casas el aguinaldo, y luego hacían una merienda. Ese día ellos eran la máxima autoridad, emitían un bando con sus condiciones:
"Artículo 1: Si vas por la calle por la parte derecha sanción de 50 pesetas, si lo haces por la parte izquierda la multa será de 50 pesetas. 
Artículo 2: La mujer que vaya a comprar con mandil tendrá que abonar 50 pesetas, lo mismo si no lo lleva", y cosas por el estilo. Era un bando pintoresco y jocoso, aparte de las bromas que ese día se propiciaban.
Allá por los años 70/75 se celebró un concurso de villancicos en Cuenca, en la sede de la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real, en el Parque de San Julián. Don Eugenio, párroco de nuestro pueblo durante muchos años, era el encargado de organizar el coro. Vestidos de serranos, con los trajes que en tiempos más lejanos vestían los componentes del Grupo de Coros y Danzas de Tragacete, que habían alcanzado cierta notoriedad. A mí, concretamente, me dejó el jubón, la mantilla y la peineta Angelina Pérez. La falda me la hizo mi tía Lucía, como buena modista. Creo que no quedamos en muy buen lugar, de mitad para abajo, no debíamos ser muy buenos (había fotos de la época, y como yo no tengo, si alguien posee alguna y quiere ilustrar el momento bienvenido sea).
Concursamos con dos villancicos según creo recordar.

El primero fue: 

En Belén a media noche un Niño nacerá
que será la Gloria Eterna y a la tierra bajará.
Venid, venid, venid, corred, corred, llegad.
A cantar, a cantar, a cantar, a bailar,
adoremos al Niño que está en el Altar.

Y el segundo:

Jesucristo vino al mundo en las pajas de un pesebre
mientras que por los caminos iba cayendo la nieve.
Despertad pastores, pastores corred,
despertad pastores, pastores llegad
a adorar al Niño nacido en Belén, 
a adorar al Niño que ha nacido ya. 

Finalizada la Nochebuena y la Nochevieja con sus tradicionales uvas durante las doce campanadas, llegaba la última celebración que era la llegada de los Reyes Magos. Recuerdo la impaciencia con la que esa noche me dormía esperando que llegara el día siguiente y ver lo que habían dejado los Reyes en mi balcón. Por mi parte les había dejado paja y agua a los camellos y leche a sus majestades. Al día siguiente todo eso había desaparecido, señal que existían. Siempre tuve reyes, aún conservo algunos.

Mis hermanos me han contado (yo no lo recuerdo), que el Ayuntamiento, repartía regalos ese día para los más pequeños. Esa tradición ha llegado hasta nuestros días, y la víspera de Reyes sigue manteniendo la ilusión de los niños con algún detalle, y un chocolate calentito para todos los asistentes con la colaboración de la Asociación de Mujeres.

A pesar de las ausencias, sigamos manteniendo la magia de la Navidad para que los más pequeños sigan teniendo la ilusión con la que todos hemos crecido.

Disfrutad estos días en familia.

¡FELIZ NAVIDAD!

¡PRÓSPERO AÑO NUEVO!