La historia que voy a contar sucedió una vez finalizada la guerra civil.
Los habitantes del pueblo habían regresado a sus casas, una vez finalizado el tiempo de exilio al que tuvieron que someterse.
Mientras se llevaba a cabo la contienda el pueblo estaba situado muy cerca del frente y se producían constantes bombardeos. Por seguridad, se produjo una evacuación de la población civil a otras zonas más seguras.
De vuelta a sus hogares, o lo que quedaba de ellos, fueron retomando, más o menos, la normalidad. Unos dedicándose a la agricultura, otros a la ganadería principalmente.
En cada pueblo se estableció una "aparente seguridad" acatando las normas establecidas, naturalmente, por el bando vencedor y con un férreo control de los habitantes del pueblo.
Como ocurre en todas las contiendas quedaba alguna facción de resistencia al nuevo régimen: el maquis, se refugiaban en el monte y de vez en cuando bajaban a las poblaciones en busca de sustento. Otras veces, los mismos habitantes, de manera clandestina se los proporcionaban.
La historia que voy a contar sucedió en una persecución de la Guardia civil a miembros del llamado maquis. De alguna manera descubrieron por donde andaban escondidos y una tarde/noche salieron al acecho.
Los protagonistas de esta historia son dos pastorcillos, no voy a nombrarlos por respeto ya que están fallecidos. Sólo diré que eran sobrinos de mi madre, primos hermanos míos.
Regresaban a su casa, ya anochecido, después de un largo día de pastoreo. Es importante reseñar que la edad del mayor rondaría doce o catorce años, y el pequeño de ocho a diez. En aquella época era normal ayudar con esa edad.
A la altura del Molino de la Chorrera se vieron sorprendidos por un tiroteo. Era la Guardia civil, que al ver movimiento y estar oscureciendo, los confundieron con maquis y empezaron a disparar. Los niños asustados gritaban "somos pastores".
La suerte quiso que no les alcanzase ningún disparo, aunque alguno atravesó las mantas que llevaban.
Al oír los gritos desde el Molino los llamaron para darles refugio. El mas pequeño acudió a la llamada y pasó allí la noche, imagino que con un gran susto.
El mayor siguió corriendo y dando una gran vuelta bajó por detrás del cementerio hasta llegar a su casa. Tal era el susto que tenía el pobre que ni siquiera sabía la suerte que había corrido su hermano.
Es una triste historia, "con un final feliz", que marcó para siempre sus vidas, desde mi punto de vista, sobre todo del mayor.
Es una historia, probablemente poco conocida pero real que merece ser compartida para que no se pierda en el olvido.
Una época difícil para aquellos que les tocó vivirla.